Cada tanto tiempo los criadores de razas de perros se encuentran con cambios en el estándar de algunas razas. Por ejemplo, el Kennel Club británico propuso hace un tiempo algunos cambios en el bulldog inglés. Esa famosa papada no sería más deseable.
Otro ejemplo es en los Sharpei, donde esas características arrugas en cara, cuello y patas también pasarían a ser cosa del pasado.
Y a los criadores no les gustan mucho estos cambios. Requiere de tiempo, y por supuesto una inversión monetaria generar estos cambios.
El Kennel Club alega que el motivo es una mejora en la salud de los perros.
En lo personal, me parece absurdo. Ambas partes me parecen absurdas. Porque la cría de perros con fines comerciales, como es la base de la existencia de las razas, es un concepto que ya deberíamos haber superado. Las mascotas son para acompañar y alegrar nuestras vidas, y no para hacer negocios.