¿Es nuestro primer verano con nuestro perro y queremos que disfrute de la piscina o del mar? No lo hagamos sin tener antes algunas precauciones básicas. No a no todos los perros les gusta el agua desde un primer momento como podríamos pensar…
Primeros pasos para enseñar a nadar a nuestro perro
Como dueños de mascotas que no saben moverse en el agua, nos va a tocar enseñarles a nadar de manera muy similar a lo que haríamos con un niño. Con el inconveniente y la diferencia de que no tendremos la posibilidad de razonar con ellas, claro está: debemos armarnos de paciencia y prepararnos para hacer frente al carácter de nuestro perro, sea cual sea este.
Tanto si tenemos un cachorro que acaba de llegar a casa como un perro de más edad, debemos tener claro que nosotros seremos su pilar a la hora de aprender a nadar. Confiará en nosotros, y si el agua le asusta tiene que sentir que estamos a su lado cuidándole. Una buena práctica para enseñar a nuestras mascotas es empezar entrando con ellas en el agua, en una zona en la que hagamos pie, llevándolo de la correa si notamos que así se siente más seguro. Si es un cachorro, podemos empezar mojándole las patas un poco, luego la barriga… igual que haríamos con un bebé.
La importancia de las cuatro patas
Estamos acostumbrados a ver a los perros nadar con sus cuatro patas, pero no es algo que aprendan por puro instinto en muchos casos. Puede que tengan tendencia a utilizar solo las delanteras, algo nada aconsejable, ya que acelera el agotamiento. En nuestra mano está, si vemos que nuestro perro se comporta así, el colocarlo de manera horizontal para que vaya aprendiendo a emplear las cuatro patas.