Cómo prevenir la obesidad en perros y gatos

El sobrepeso en nuestras mascotas es un problema mucho más común de lo que sería deseable. En España se ha llegado a calcular en hasta un 50%. Hay algunas pautas sencillas que podemos seguir sobre cómo prevenir la obesidad en perros y gatos.

Tanto en perros como en gatos, el primer consejo es que se acostumbren a comer comida seca. Naturalmente, el pienso no es lo que más les llama la atención: no pasará mucho tiempo entre que nuestras mascotas lleguen a casa y decidan colocarse a nuestros pies durante las comidas, mirándonos con esa cara que nos hace derretirnos. Pero debemos saber sobreponernos a los “ojos de cachorro”, por difícil que pueda resultar.

Nuestra comida no es la más adecuada para ellos por muchos motivos: condimentos tan básicos en nuestra dieta como el ajo o la cebolla pueden llegar a causar anemia en los perros, por ejemplo, si se da un consumo regular; otros como los embutidos pueden provocar problemas de hipertensión en nuestros gatos.  Y, por supuesto, tanto a unos como a otros la grasa les afecta en una medida diferente; cantidades que para nosotros son inocuas pueden suponer para ellos la diferencia entre “mantener la línea” o sobrepasarla.

En cuando a las chucherías y premios para mascotas, también debemos racionarlas. No hemos de convertirlas en parte de su dieta diaria, aunque nos encante ver su cara de satisfacción cuando se las damos. Dejémoslas para cuando les estemos educando, para cuando nos interese realmente premiarlos por algo o para ocasiones especiales.

 El ejercicio, fundamental

No cabe duda de que el principal consejo es el mismo que debemos aplicarnos los humanos para escapar del riesgo de obesidad: hacer ejercicio regular. De hecho, el tener mascotas también nos puede ayudar a nosotros en este aspecto. ¿Que nos cuesta salir a correr cada mañana? Seguro que el “trance” se vuelve más llevadero si tenemos a nuestro amigo perruno correteando a nuestro lado.

¿Y qué hay de los gatos? En los felinos caseros es mucho más difícil evitar el sedentarismo. Si tenemos un jardín o un espacio amplio por el que nuestro gato pueda pasear de manera controlada, o si simplemente está acostumbrado a salir a la calle sin peligro, debemos intentar que lo haga, aunque le resulte más agradable dormitar todo el día. Y si no es el caso, siempre podemos plantearnos el sacarlo a pasear un rato, como hace mucha gente, con un arnés.

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