Autor: Mariela
Si somos amantes de los animales y tenemos la suerte de disfrutar de un jardín, ¿qué mejor que probar suerte con un estanque? Son muchas las variedades de peces que podemos tener en él. Hoy os damos algunos consejos para cuidar al koi, una variedad japonesa realmente hermosa.
Cuando pensamos en jardines japoneses, seguro que nos vienen a la mente esas inmensas y emblemáticas carpas en espectaculares estanques. Pero no debemos olvidarnos de otro pez similar en algunos aspectos e igual de popular en aquella región, el koi. Sus característicos colores blancos y rojos lo convierten en un pez mucho más agradable a la vista. Los kois han sido considerados mascotas de prestigio en la tradición oriental durante muchos siglos; un estanque que mostrara kois bien cuidados era todo un símbolo de distinción para su dueño.
Una de las grandes ventajas de estos peces como mascotas de exterior es su increíble resistencia. Se adaptan bien tanto a temperaturas muy bajas como a las más altas. Eso sí, se desarrollarán y vivirán más felices en aguas cálidas, que no bajen de los dieciocho grados ni suban de los veinticinco, especialmente cuando no estén hibernando. Si contamos con un clima de este tipo o podemos mantener la temperatura en el estanque dentro de este intervalo, nuestros kois pueden llegar a ser extraordinariamente longevos.
¿Y qué hay de la alimentación?
La dieta de estas mascotas debe proporcionarles un importante aporte de nutrientes y ser fácil de asimilar para ellos. La comida preparada especialmente para kois cubre todas sus necesidades, por lo que podemos confiar en las marcas que encontremos en tiendas especializadas. Cuando la temperatura sea más baja se recomienda reducir la frecuencia con la que los alimentemos, puesto que la digestión puede resultarles más difícil.
Un koi adulto puede superar el metro de longitud, si lo hemos cuidado adecuadamente. Tenemos que prever esto, especialmente si queremos tener varios, y proporcionarles un estanque de unos 130 litros aproximadamente. Nos aseguraremos con ello que tengan suficiente espacio para moverse como les gusta, sin obstáculos. Sus sinuosos movimientos nos permitirán disfrutar de un rincón relajante y de gran belleza en nuestro jardín.