Estas simpáticas aves tienen una característica muy conocida alrededor del mundo: hablan.
Bueno, talvez tanto como “hablar” no, sino que imitan con mucha eficiencia la voz humana, por lo que se les puede enseñar una serie de palabras que el loro muy animadamente repetirá. Así mismo, les gusta repetir canciones o melodías.
El loro como mascota aporta alegría y mucha viveza, se trata de un animal bastante activo y requiere mucha atención de parte de su propietario. Fácilmente se aburre por lo que está siempre al acecho de nuevas aventuras y juguetes.
Antes de decidir aceptar un loro en la familia, se debe tomar en cuenta que por su dependencia al propietario no es un animal que pueda estar solo en casa todo el día. Por otro lado, es mucho más longevo que la mayoría de animales domésticos, alcanzando edades de 50 ó 60 años, lo cual constituye otro punto a considerar antes de su adquicisión.
También es importante preparar una jaula adecuada en tamaño y materiales, ya que necesita mucha movilidad y ejercicio, y, poseyendo un pico tan fuerte, es fácil que destruya alguna jaula de material débil. Lo mejor es buscar una jaula resistente. Se le deberán colocar posaderos adecuados al grosor de sus patas y vigilar que sus comederos y bebederos no estén colocados de forma que los esté ensuciando constantemente. En cuanto a la ubicación, debe ser un lugar iluminado y ventilado.
Recuerda comprarle juguetes especiales para loros, y dedicarle el tiempo que necesita para compartir contigo.