Autor: Mariela
Los gatos son territoriales al máximo. Eso lo sabemos bien si somos dueños de estas mascotas; es algo que se nos graba a fuego en cuanto empezamos a conocerles. ¿Cómo podemos conseguir que se lleven bien con otros animales en casa, o incluso con otros felinos?
Es difícil, pero desde luego no es imposible. Cualquier gato tendrá en su instinto el dominar su territorio, y sobre todo el sentir que nosotros estamos a su entera disposición. Cuando entra en juego la posibilida de compartir espacio o a sus “criados” particulares… entonces comienzan los problemas. Conductas agresivas, ataques imprevistos ante los que tenemos que estar atentos para mediar enseguida.
¿Cómo conseguimos que los gatos convivan entre sí, que acepten a nuevos miembros de su misma especie dentro de su entorno? Esto puede ser bastante complicado a veces, en función del carácter de nuestras mascotas: al contrario que los perros en casa, que pueden llegar a organizarse pacíficamente en forma de manada, los gatos están “creados” para ser cazadores solitarios y por ello son mucho más propensos a la rivalidad. En la naturaleza existe la figura del llamado “gato déspota”, el líder indiscutible ante los que los demás se pliegan. Es muy probable que si tenemos varios gatos en casa compitan por adoptar este rol. Los gatos que sean más tímidos o débiles serán perseguidos por los que estén en la cumbre de la jerarquía (no sólo el déspota, sino los llamados habitualmente “gatos intermedios”, los que están justo por debajo de él en importancia). En nuestro papel de amos poco podemos hacer ante esto; no vamos a ir en contra de la naturaleza. Pero sí está en nuestra mano el observar y entender cómo se organizan nuestras mascotas y fomentar una convivencia cordial con autoridad dejando bien claro que nosotros, en última instancia, somos los “cazadores déspotas” (¡somos los que abrimos las latas de comida, al fin y al cabo!).
¿Y qué hay de la convivencia con otros animales? Con los perros la relación puede ser más cordial de lo que podemos pensar por inercia. Lo mejor es que se críen juntos, si tenemos la opción; cuando crezcan cada uno desarrollará su personalidad, pero la costumbre evitará que la entiendan como un riesgo o un ataque a su terreno. En cuanto a otras mascotas más pequeñas y vulnerables (roedores, tortugas, aves), será bastante difícil que nuestro gato no los vea como presas en potencia. En estos casos, es mejor sacrificar un poco la libertad del pequeñajo y no dejarlo suelto por casa a menos que estemos vigilando.