A pesar de ser una persona amante de los animales, comprendo perfectamente y defiendo el derecho de las personas que no les gustan y no quieren compartir espacios con los mismos. Por ese motivo no me parece bien que se permita en restaurantes y bares entrar con mascotas, salvo que sea especialmente señalado para ese uso.
Pero hay una excepción que me parece muy importante destacar y es la de los perros lazarillos. Estos perros acompañan y guían a personas ciegas. No permitir la entrada con esos perros es no permitir la entrada a la persona con discapacidad visual.
Esto perros están muy entrenados, son especialmente tranquilos y se sientan y permanecen callados sin que se note su presencia, por lo que no molestan a nadie.
Apoyo a las muchas campañas que hay en este momento para permitir la entrada de estos perros a restaurantes y bares.
Imagen: revistaamiga.com