El motivo fundamental para decidirnos por la castración lo hemos escuchado muchas veces, seguro: el fuerte olor que pueden llegar a desprender los machos de estas mascotas en época de celo. Sabemos que se trata de un aroma bastante desagradable y será prácticamente imposible evitar que, una vez que nuestro hurón se ha acostumbrado a su hogar, marque el territorio de esta manera. Por otra parte, también es recomendable castrar a las hembras si no tenemos planeado que se reproduzcan: cuando tienen el celo, si no son fecundadas, pueden llegar a sufrir anemia aplásica a causa de la presencia de los estrógenos en el organismo durante tanto tiempo.
Hay otra idea muy extendida, la de que los hurones castrados serán menos agresivos con los humanos. Hay cierto grado de verdad en esto, igual que sucede con los gatos, pero no debemos dejarnos cegar o pensar que es la solución última: los problemas de conducta se resuelven fundamentalmente gracias a la paciencia y el adiestramiento.
¿Cuándo debemos castrarlos?
Un aspecto importante, que puede generarnos dudas, es la edad a la que decidamos castrar a estas mascotas. En este caso cobra una relevancia especial, ya que los hurones son propensos a la aparición del hiperadrenocorticismo, enfermedad causada por un tumor en la hipófisis. Por desgracia suele ser habitual y exige un tratamiento prolongado y un tanto difícil para el animal. Se estima que la castración a edades tempranas puede influir en que aparezcan esta clase de tumores antes. Sin embargo, no debemos alarmarnos o dar esto como una verdad inamovible; no olvidemos que es un tema muy delicado. Lo aconsejable, como siempre, es que acudamos al veterinario y que sea él quien nos indique cuándo es recomendable castrar a nuestro hurón. Y, por supuesto, que llevemos a cabo análisis y controles regulares del animal para cuidar su salud en todo momento.