¿Queremos un felino diferente, que se salga de lo más habitual? Una raza muy original y no demasiado extendida todavía es el llamado gato balinés, directamente llegado, como su nombre indica, de la exótica isla de Bali.
La belleza del gato balinés estriba en que combina dos de las razas felinas con un aspecto más particular, que todos conocemos muy bien: el pelaje del gato angora (esa especie de pequeño león en miniatura) y el color del gato siamés, aunque no tan oscuro como éste puede ser a veces, sino más bien de un gris claro y suave. Estamos así ante un gato tan estilizado como el siamés, y de pelo sedoso y agradable al tacto como aquél. Se desconoce realmente si el origen del gato balinés se encuentra en el cruce directo, provocado por el ser humano, o es algo genético.
Aunque en Estados Unidos estas mascotas conviven desde los pasados años cuarenta, en Europa entraron dos o tres décadas más tarde. Hoy en día, como comentábamos, siguen sin ser gatos especialmente extendidos, aunque su carácter tranquilo, amigable y cariñoso los convierte en predilectos de mucha gente que buscan un compañero fiel. No dejan de tener el carácter y el genio de cualquier gato (de hecho, se trata de mascotas bastante más territoriales de lo habitual), pero desde luego cuentan con una paciencia y una actitud mucho más suavizada. De hecho, se suele recomendar como gato de iniciación para los niños. Seguro que un gato balinés aguantará sin inmutarse demasiado las trastadas de nuestros peques.
¿Cuáles son las variedades del gato balinés?
Al ser mascotas tan cercanas al siamés, podemos encontrárnoslas en variedades muy similares a éste: en colores foca, lila, azul, chocolate, crema, rojo, tabbie y tortilla. Éstas son las clasificaciones que debemos tener en cuenta si queremos que nuestro gato balinés pase al mundo de la competición y muestre su belleza no sólo en nuestro sofá, sino también sobre un podio.