Cuando tenemos un perro en casa que vive en el interior de la misma, como ocurre en un piso, puede ser que nuestra idea sea que tenga acceso limitado a algunas habitaciones, como puede ser el dormitorio de un recién nacido. También puede ocurrir que vivamos en una casa, el perro en el jardín, pero que con los calores no queremos ni que entre el perro ni cerrar la puerta.
Educar el perro es la mejor idea. Que sepa que no puede pasar y que obedezca la orden es lo ideal y no es algo tan complejo de lograr. Pero no todos están dispuestos a tomarse ese trabajo, o no lo consideran importante.
Para esos casos existen en el mercado todo tipo de vallas para limitar esos accesos. El tema es conseguir la adecuada para el tamaño de nuestro perro y para su fuerza. He visto mucho casos en que una vez instalada la valla lo primero que hace el perro es saltar sobre ella. Dinero y esfuerzo tirado a la basura.
Lo destacable es que por más que coloquemos una valla hay que educar de todas formas al perro, para que al menos entienda que si está cerrada no puede pasar, ni aún saltando.
Imagen: decoesfera.com